Desarrollo de ciencia y tecnología en Venezuela y América latina (página 2)
RELACIÓN UNIVERSIDAD–
ESTADO–
INVESTIGACIÓN– APLICACIONES
La Universidad Venezolana
Hoy
La universidad venezolana de finales del siglo XX y
comienzo del XXI, enfrenta dos tipos de situaciones que
están íntimamente relacionadas; en primer lugar,
están los problemas
internos tradicionales, asociados con la gobernabilidad
institucional, la democratización del acceso a la
universidad, el desempeño del profesorado, la calidad y
pertinencia del egresado, el desarrollo de
la
investigación, la pertinencia de la extensión y
la eficiencia
administrativa. En segundo término, están un
conjunto de factores externos que plantean nuevos retos a la
universidad; ellos son: la globalización económica, la sociedad del
conocimiento y
la revolución de la información y la
comunicación.
Los Problemas Tradicionales de la
Universidad
La Gobernabilidad Universitaria
La gobernabilidad en la universidad puede ser entendida
como la percepción
que tiene el colectivo sobre la pertinencia y convergencia de las
acciones y
decisiones instrumentadas por los sectores de poder,
legítimamente constituidos, en dirección al logro de la misión
institucional, de acuerdo con las expectativas de la comunidad
interna y de la sociedad en general. Algunos autores han
identificado las siguientes dimensiones de este constructo:
eficiencia, co-gobierno,
eficacia y
autonomía (ver Pérez de Roberti, 2001).
La gobernabilidad es una variable discreta que puede ser
expresada en tres niveles o categorías (bajo, moderado y
alto). Un nivel bajo de gobernabilidad supondría una gran
anarquía entre los actores institucionales para la
toma de
decisiones, desobediencia a la normativa legal vigente, logro
parcial de la misión y con bajo nivel de calidad e
insatisfacción de las expectativas por parte de la
comunidad. Por el contrario, un alto nivel de gobernabilidad
implicaría consenso entre los actores para instrumentar
las acciones y decisiones, respeto a la
normativa vigente, logro de la misión institucional con
calidad y alta satisfacción de las expectativas de la
comunidad. Finalmente un nivel moderado de gobernabilidad
implicaría situaciones intermedias entre los dos extremos
antes mencionados.
Pérez de Roberti considera que existen tres tipos
de factores asociados con los conflictos de
gobernabilidad en las universidades nacionales, a saber: (a)
factores intra-universitarios, representados por los grupos de poder,
de presión o
de interés
interno, redefinición del marco legal de la
autonomía y adecuación de la normativa legal a los
tiempos actuales; (b) factores derivados de la relación
interinstitucional, tales como los conflictos de carácter sindical de alcance nacional; y
(c) factores externos, como son: los conflictos con el gobierno
central, en relación con los ajustes salariales. Ella
encontró en su estudio que, en el caso particular de la
UCLA, existe un nivel de gobernabilidad moderada o
aceptable.
No existen datos evaluativos
confiables que nos permitan clasificar las universidades
nacionales en función de
sus niveles de gobernabilidad; no obstante, apreciamos bastante
heterogeneidad al respecto. Es posible que la situación de
la UCLA represente un caso modal en el contexto de las
universidades nacionales, ya que se sabe que muchos de los
factores asociados con los conflictos de gobernabilidad que se
presentan en esta institución, también están
presentes, en mayor o menor grado, en el resto de las
universidades nacionales.
Democratización del Acceso a la
Universidad
A partir de la década de los años 60, se
observa un acentuado crecimiento de la matrícula
universitaria, en el contexto de una política de
ampliación de oportunidades educativas extensivas a todos
los estratos de la población, lo cual respondía, por
una parte, a la exigencias de consolidación de un nuevo
proyecto
político de carácter democrático
representativo y, por la otra, a la reorientación de la
estrategia
económica en el marco del proceso de
modernización del país (Hung y Gamus, 1988). Sin
embargo, se observa, especialmente, a partir de la década
de los años 70, que esta tendencia creciente de la
demanda de
educación
superior ha continuado aumentado considerablemente, muy por
encima de la oferta, hasta
llegar a generar la crisis
recurrente del cupo universitario que se aprecia anualmente en el
país. Da la impresión que ha existido poco
interés en los gobiernos de turno y en el sistema
universitario mismo para ofrecer una solución adecuada y
definitiva al problema.
Desempeño Docente del
Profesorado
Como se desprende de la evolución histórica de la
universidad venezolana, el énfasis fundamental de la
acción
universitaria ha estado primordialmente centrado en la actividad
docente orientada hacia la formación de recursos
humanos profesionales, cuyos niveles de calidad y pertinencia
social son variables, de
acuerdo con el tipo de universidad y carrera.
Algunos de los problemas que se observan en el
desarrollo de la función docente, en la mayoría de
las universidades públicas, son: (a) en el ingreso del
personal: no
siempre seleccionan los mejores profesionales para el ejercicio
de la docencia, ya
que en muchos casos los criterios no-académicos pesan
más, en el momento de la decisión del jurado, que
los requerimientos formales exigidos por la normativa
universitaria; (b) la falta de programas de
formación continua, especialmente en campo
pedagógico, lo que trae como consecuencia un exagerado
énfasis en la enseñanza tradicional, centrada en el
profesor como
fuente del conocimiento; también ello se refleja en los
métodos de
evaluación, los cuales parecieran estar
más orientados a aplazar al estudiante que a determinar lo
que éste realmente ha aprendido y a identificar sus
posibles problemas en el proceso de aprendizaje; (c)
falta de transparencia en el proceso de ascenso del personal
docente: en muchos casos este proceso es viciado y de antemano se
sabe si el postulante ascenderá o no, dependiendo de sus
conexiones con los grupos de poder en la universidad; y (d) falta
de un programa de
evaluación, que permita determinar la calidad del
desempeño del profesor, así como sus necesidades de
capacitación. El resultado de la
evaluación docente podría servir como criterio para
tomar decisiones sobre la remuneración diferencial del
profesorado, diseñar programas de capacitación,
para el mejoramiento continuo del personal docente o para excluir
de la universidad a aquellos docentes
incompetentes.
Calidad y Pertinencia del Egresado
El perfil del egresado de la universidad venezolana
varía en calidad y pertinencia dependiendo del tipo de
universidad y del área del conocimiento del que se trate.
Hay universidades cuyos egresados son altamente demandados en el
contexto nacional e internacional en carreras de corte
tecnológico (ingeniería electrónica, de computación, de telecomunicaciones), lo cual habla por sí
mismo de los niveles de calidad y pertinencia del egresado. No
obstante, esa no pareciera ser la situación en que
están la mayoría de las universidades. Antes, por
el contrario, la impresión que se tiene es que el nivel de
calidad es moderado con tendencia a deficiente y en muchas
oportunidades con limitada o ninguna pertinencia social. En el
caso de los egresados en Educación, por
ejemplo, se sabe que un alto porcentaje de ellos tienen serias
deficiencias en el dominio de las
herramientas
básicas de la cultura, como
son la comprensión de lectura y
expresión oral y escrita. Esta situación reviste
una altísima gravedad, por el efecto exponencial que
tiene, si tomamos en cuenta que son estos profesionales quienes
tendrán en sus manos la formación básica de
los niños
venezolanos del presente.
El Desarrollo de la Investigación
La incorporación de la investigación en la
universidad venezolana se desarrolla, de maneara progresiva, a
partir del año de 1936, cuando se inicia un proceso de
creación de centros e instituciones
de investigación especializados, particularmente en la
Universidad Central de Venezuela, y
se formaliza la actividad de investigación mediante el
establecimiento de normativas específicas que rigen esta
función universitaria.
La concepción de la investigación en la
universidad, está orientada por un doble propósito:
(a) mejorar de la calidad académica global, por la
vía de la auto-evaluación institucional, en la cual
la universidad se investiga a sí misma; y (b) crear nuevos
conocimientos que serán enseñados, divulgados o
utilizados en la resolución de problemas de las propias
instituciones o de otros sectores de la sociedad.
La instrumentación y logro de los anteriores
propósitos investigativos genéricos de la
universidad, presenta limitaciones importantes en el contexto de
la universidad latinoamericana, entre otras razones, por la
ausencia de una cultura investigativa, apoyada en una
visión compartida del valor
estratégico de la investigación científica para el
desarrollo
sustentable del país.
La falta de consenso, entre los miembros de la comunidad
académica, acerca de la orientación que debe tener
la actividad investigativa en la universidad genera dos tipos de
problemas:
1. En relación con los criterios para establecer
las prioridades de investigación. Al respecto, se pueden
apreciar dos tendencias claramente definidas: (a) de
orientación academicista, según la cual la
investigación debe responder a los genuinos valores e
intereses de la comunidad científica, representada por los
profesores; y (b) de orientación utilitarista, la cual
plantea que la investigación debe responder a las
necesidades del entorno regional y nacional.
2. En relación con los criterios para asignar los
recursos
financieros para la actividad de investigación. En este
caso, también se pueden apreciar diferentes posiciones en
conflicto.
Para algunos, la asignación de recursos a la
investigación debe ser mínima y su acción
fundamental debe estar referida a la docencia (pregrado y
postgrado) y al cumplimiento de los ascensos que exige el
escalafón. Para otros, la asignación de recursos a
la investigación debe ser paritaria con la de docencia y
su acción se concibe tan trascendental que se la confunde
con la razón que justifica la existencia misma de la
universidad.
Con respecto a lo anterior, se observan variantes en
cuanto a la localización de la investigación en la
estructura
académica y el grado de su especialización; por
ejemplo, algunos consideran que la función de
investigación es inherente a la naturaleza del
cargo de profesor universitario, en consecuencia, todos los
docentes deben distribuir su tiempo de
trabajo de tal
manera que puedan atender, por igual, desde su Departamento o
Cátedra, todas las funciones
académicas (docencia, investigación y
extensión). Otros piensan que la investigación es
una función altamente especializada que requiere de un
entrenamiento
especial y una dedicación casi exclusiva de los docentes
en los centros e institutos creados para tal fin.
En el caso venezolano, los dos enfoques anteriores
coexisten por separado o de manera combinada. No obstante, se
observa la presencia de dificultades ideológicas,
conceptuales y de tipo metodológico que impiden o hacen
más laboriosa la planificación de una política de
investigación, particularmente en lo que se refiere a la
definición y al establecimiento de un orden de prioridades
para la asignación de los recursos. Por otra parte, se
aprecian, también, posiciones divergentes en torno a la
intensidad, localización y grado de especialización
de la actividad investigativa, entre las diferentes instancias
involucradas en el proceso de investigación universitaria,
como son: la dirección del subsistema de educación
superior, los Consejos Universitarios, los investigadores y la
comunidad de profesores.
Los planteamientos anteriores nos permiten enfatizar la
obligación que tiene la universidad de desarrollar la
actividad investigativa en equilibrio e
interacción con las demás funciones
académicas que están establecidas en el
Artículo 3 de la Ley de
Universidades (1970). Dicha actividad debe estar orientada tanto
en función de las necesidades internas de la
institución como en consideración a las necesidades
del desarrollo
económico-social, científico-tecnológico
y ecológicamente sustentable del país. Ello
justifica la asignación de suficientes recursos, por parte
del Estado, para el fortalecimiento y consolidación de
dicha actividad. Esto debe ir acompañado de un programa de
supervisión y evaluación permanente
de la calidad, productividad y
pertinencia de la investigación, a fin de tomar decisiones
oportunas en relación con su mejoramiento
continuo.
La Productividad Investigativa en la Universidad
(PIU)
Esta puede ser entendida como la relación
existente entre los productos de
investigación obtenidos, en una unidad de tiempo
determinada, sobre los insumos utilizados para lograrlo. Un
criterio tradicionalmente utilizado para estimar la PIU consiste
en relacionar el número de artículos publicados en
revistas arbitradas divididos por el total de profesores que
conforman la comunidad académica.
Aun cuando las universidades concentran la mayor
proporción de investigadores del país, internamente
representan una minoría de la planta académica. En
el año de 1995, cuatro universidades nacionales
concentraban más del 69 % de los investigadores del
subsistema de educación superior. El número de
investigadores acreditados en el PPI en estas universidades era
el siguiente: UCV: 244; USB: 200; ULA:
164 y LUZ: 126
(Machado-Allison, 1996). Den tro de las universidades nacionales,
la mayoría de los investigadores (37,4%) pertenece al
área de Ciencias
Médicas, Biológicas y del Agro; le siguen los que
están en Ciencias Físicas, Químicas y
Matemática
con un 24%; Ciencias
Sociales con un 20%; e Ingeniería, Tecnología y Ciencias
de la Tierra, con
un 18,6% (Vessuri, 1996). Esta tendencia se mantiene, aun cuando
el número de investigadores acreditados ante el PPI
pasó de 1.218, en 1995, a 1.880 en 1998.
Pertinencia de la Extensión
Universitaria
La función de extensión universitaria, es
tan importante, en el marco global de la misión de la
universidad de hoy, como lo son la producción de conocimientos, a
través de la investigación, y la formación
de profesionales competentes mediante la acción docente.
Así lo consagra la Ley de Universidades vigente. Las
actividades de extensión que se realizan actualmente en la
universidad venezolana lucen rutinarias y descontextualizadas,
con poco impacto real en la necesidades que los nuevos tiempos le
plantean tanto a la comunidad interna como externa. En un entorno
poco estable, de grandes transformaciones
científico-tecnológicas y socio-culturales, como
ocurre en el presente, se hace indispensable el rol mediador que
debe jugar la extensión universitaria como factor de
vinculación entre la universidad, los cambios del entorno
y viceversa. Al respecto, Canestrari (2001) ha señalado
que "la universidad actual debe ser ventana abierta para recoger
del entorno sus diversas manifestaciones, inquietudes y
problemática y puente de salida de la cultura y de
la ciencia
para la transformación de la realidad circundante (p.
55).
Eficiencia Administrativa
La universidad pública ha sido objeto de muchas
críticas, durante las últimas décadas, por
parte de diversos sectores de la sociedad venezolana, en
relación con su eficiencia administrativa; algunas de
ellas se describen a continuación:
1. La rigidez de la
organización académico-administrativa, lo cual
impide tener una más alta capacidad de respuesta para
adaptarse a los nuevos cambios que plantea el entorno; por
ejemplo, eliminación de carreras que ya no se justifican,
incorporación de nuevos programas de formación
profesional, tener un intercambio más fluido y cooperativo
con el entorno (sector productivo, gobierno, organizaciones
no-gubernamentales), lograr una mayor integración en el trabajo
interdisciplinario intra e ínter facultades, decanatos o
departamentos.
2. La excesiva burocracia
institucional. Existe consenso entre los planificadores
universitarios en cuanto a que existe más personal del que
se necesita para atender las diferentes funciones
(académicas, administrativas, servicios) de
la universidad, lo cual produce un sesgo en la distribución del presupuesto
institucional, toda vez que la partida de recursos humanos, en la
mayoría de las universidades consume más del 80 %
de los recursos financieros asignados por el
Estado.
3. La preeminencia de los criterios
político-gremiales en la toma de decisiones
universitarias. Tradicionalmente, las toma de decisiones en la
universidad venezolana ha estado influenciada por los grupos
políticos y organizaciones gremiales que hacen vida en
estas instituciones. A partir de la década de los
años 60, el liderazgo
universitario estuvo bajo la hegemonía de los grupos
izquierdistas en las universidades autónomas; mientras que
en las experimentales han prevalecido los grupos políticos
afectos al gobierno de turno.
Esta práctica ha tenido una marcada influencia,
por ejemplo, en la elección y/o designación de las
autoridades universitarias, en las políticas
de ingreso del personal docente, y en los procesos de
admisión estudiantil. En la toma de decisiones en cada una
de estas situaciones, por lo general, priva más el
respaldo político y/o los convencimientos gremiales que la
trayectoria académica del profesor o la calidad del
estudiante. Ello ha hecho que no siempre se pueda contar con los
mejores en el desempeño de las diferentes funciones de la
universidad. Al respecto, resulta realmente caricaturesco, por
ejemplo, observar actos en los que se gradúan doctores,
pero quienes confieren los títulos no ha logrado estas
altas distinciones académicas.
4. El manejo de los recursos financieros. Como se sabe,
el presupuesto de las universidades públicas es aportado,
en más de un 95 %, por el Estado, de acuerdo con la
formulación presupuestaria que cada una de estas
instituciones hace anualmente y la metodología diseñada, a tales fines,
por la Oficina de
Planificación del Sector Universitario. Sin embargo, a
pesar de los controles administrativos que se ejercen, por Ley,
mediante las Oficinas de Contralorías Internas y
demás organismos de control
administrativos que hay en las universidades, no existe un
sistema de evaluación financiera que permita determinar la
eficiencia de los aportes presupuestarios.
Lo único que se sabe es que las universidades, en
la mayoría de los casos, están insolventes con su
personal, con los proveedores de
los servicios de apoyo y con la dotación de materiales y
equipos actualizados para el desempeño eficiente de las
diferentes actividades académicas. Es necesario y
conveniente, para las propias universidades, aclarar esta
situación mediante el establecimiento de sistemas de
rendición de cuentas a la
comunidad universitaria y la sociedad en general.
Este sistema de rendición de cuenta
debería formar parte de un proceso de evaluación
institucional que permitiera, a partir de un registro
permanente de información relevante, monitorear su
desempeño sectorial y global, a fin de tomar decisiones
fundamentadas oportunamente y rendir cuenta de su gestión
ante la sociedad. Un sistema de evaluación universitaria
debería dar cuenta de aspectos tales como: la calidad y
pertinencia del egresado, la obsolescencia del currículo, la calidad del desempeño
docente, la calidad de la investigación, la pertinencia de
la extensión, la necesidad de formación
académica en el personal, la calidad de gestión, la
eficiencia en el uso de los recursos financieros y la calidad de
los servicios de apoyo. Actualmente, el énfasis
fundamental de las universidades, en cuanto a evaluación,
está referido al rendimiento estudiantil.
Los Nuevos Retos De La Universidad
Las nuevas realidades asociadas a la transición
hacia el tercer milenio en el que se debe desempeñar la
Universidad, se caracteriza por procesos de cambios acelerados e
incertidumbre en todos los órdenes del acontecer humano.
En esta etapa de transición la universidad debe atender
tres retos fundamentales, a saber: frente al fenómeno
mundial de la
globalización, ante la preeminencia del conocimiento
como recurso fundamental para impulsar el desarrollo y frente a
la revolución de la información y la comunicación.
El Fenómeno de la
Globalización
La globalización (o mundialización,
como prefieren decir los franceses) puede ser entendida como un
proceso particular de interrelación e integración
progresiva de los países, a nivel planetario, producto del
nuevo orden económico internacional y de la
revolución de las tecnologías de la
información y la comunicación, con el
propósito de intercambiar bienes y
servicios.
La globalización es una manifestación, en
grado sumo, del principio del libre comercio de
la teoría
económica del neoliberalismo, según la cual las
relaciones comerciales, expresadas mediante la relación de
la oferta y la demanda de bienes y servicios, sólo las
regulas el mercado. Se asume
que todos los países pueden competir en igualdad de
condiciones. Al respecto, existen dos posiciones contrapuestas.
En primer lugar, están los optimistas, quienes tienden a
acreditar la idea de que la desregulación de los
intercambios comerciales y la total libertad de
mercado, producirán, inevitablemente, un mejoramiento
universal del nivel de vida y darán lugar a sociedades
más justas para todos. Esta es la visión de los
países industrializados, tales como: USA, Unión
Europea y Japón.
Por otro lado están quienes tienen serias dudas
sobre las supuestas bondades de la economía globalizada. Al respecto, Cassen
(1997) señala que lejos de reducir las desigualdades, la
globalización de los intercambios las acrecienta, tanto
entre naciones, como dentro de ellas. El agrega que en los
llamados países ricos, nadie discute la cada vez mayor
polarización de los ingresos y de la
riqueza, la cual se produce incluso dentro de los mismos
países.
Pese a que de la globalización se ha destacado
fundamentalmente su dimensión económica, dicho
fenómeno no se agota en las relaciones comerciales
abiertas, sin fronteras entre los países, sino que
trasciende a lo político, social y cultural entre los
mismos. Mato (1995) considera que la globalización
contribuye al aumento y diversificación de los flujos
migratorios; difusión del uso de nuevas
tecnologías de procesamiento de textos, imágenes
visuales y sonidos; densificación de las redes de comunicación
de datos y de los medios de
difusión masiva de información; nuevas redes
mundiales de relaciones gubernamentales y no-gubernamentales;
mercantilización de símbolos étnicos;
politización global de la etnicidades y del ecosistema.
Pese a lo evidentemente controversial del
fenómeno de la globalización, ella está en
proceso y, todo parece indicar que, no se trata de una moda o de un
hecho pasajero. Ella existe y es independiente de que nos guste o
no. Es necesario concientizarnos de su presencia, aprovecharnos
de sus ventajas para avanzar en nuestro proceso de desarrollo y
anticipar las soluciones
adecuadas a los aspectos indeseables de la misma, los cuales no
se pueden obviar.
La Sociedad del Conocimiento
La etapa de transición que hemos estado
vivenciado desde finales del siglo pasado ha sido percibida por
distintos autores desde diferentes ángulos, lo cual ha
llevado a identificarla con diferentes denominaciones,
Así, en el aspecto filosófico-cultural, ha recibido
el nombre de postmodernidad
(Lyotard, 1984), en cuanto a la evolución de la sociedad
mundial y el desarrollo tecnológico, Toffler (1995) la ha
llamado la época de la Tercera Ola; mientras que otros han
enfatizado el aspecto productivo, como es el caso de Drucker
(1994), quien ha bautizado este período histórico
de la humanidad como sociedad postcapitalista o sociedad del
conocimiento.
Con la denominación de sociedad del conocimiento
se quiere reconocer, en esta época, la importancia de
desarrollar la habilidad de poder procesar información,
integrarla significativamente a la estructura previa de
conocimiento a fin de generar nueva información y resolver
problemas de diferente naturaleza. Los expertos en
planificación económica, consideran que el
desarrollo económico está cada vez más
asociado a la habilidad de un país para adquirir y aplicar
conocimientos técnicos y socioeconómicos. En tal
sentido, consideran que las ventajas comparativas de los
países cada vez provienen menos de la disponibilidad de
recursos
naturales en abundancia y de la mano de obra barata, y cada
día más de las innovaciones tecnológicas y
del uso competitivo del conocimiento. En este sentido, Samil
(2001) considera que "hoy en día, el desarrollo
económico es tanto un proceso de acumulación de
conocimientos, como de acumulación de capital. Se
estima que las compañías dedican un tercio de sus
inversiones a
intangibles basados en conocimiento, como capacitación,
investigación y desarrollo, patentes, licencias, diseño
y mercadería" (p. 3).
Drucker (1999) ha insistido en la necesidad de prestar
atención a la productividad del
conocimiento, llegando a considerar que éste constituye la
única ventaja competitiva real de las empresas. De
allí que sostenga que "el aporte más importante que
la gerencia
necesita hacer en el siglo XXI es, análogamente, elevar la
productividad del trabajo del conocimiento y de quien trabaja con
él" (p. 191)
La Revolución de la Información y la
Comunicación
El desarrollo alcanzado, en las últimas
décadas, en los campos de la electrónica,
telecomunicaciones, las tecnologías de satélites
y la informática han hecho posible la
interconexión de los países a nivel planetario.
Prácticamente se han eliminado las barreras
logísticas a la accesibilidad a la información y la
comunicación entre las personas, las instituciones y los
países. Hoy día se ha llegado a considerar que la
revolución de la información y la
comunicación es comparable a la invención de la
imprenta en el
siglo XV, en el sentido de que nuevamente está cambiando
la capacidad de acumular, transmitir y aplicar
información.
El alto desarrollo logrado en las tecnologías de
la información y la comunicación ha impacto de tal
forma a la sociedad contemporánea que está
transformando de manera acelerada la forma en que la gente
trabaja, vive y se relacionan. Al respecto,
Fernández-Aballí (2000) ha expresado
que:
La revolución de la información, va a
modificar de forma permanente la educación, el
trabajo, el gobierno, los servicios
públicos, el mercado, las formas de participación ciudadana, la organización de la sociedad y las relaciones
humanas, entre otras cosas. El panorama tecnológico y,
consecuentemente, industrial, social, económico y cultural
de la "Era de la Información " será cada vez
más sustentado por el
conocimiento intensivo, asociado a las tecnologías de
información. Y es muy posible que, bajo esta matriz, se
encuentre la mayor parte de los productos y servicios del futuro
capaces de producir riquezas y empleos (p. 253).
Todo lo anterior pone de manifiesto la importancia y
trascendencia que la revolución de la información y
la comunicación tiene actualmente y en el futuro
previsible para el desarrollo de la nueva sociedad, en la cual se
espera que la universidad juegue un rol protagónico, de
liderazgo proactivo, que contribuya a crear los mecanismos y
herramientas para la sobrevivencia en esta época de
grandes transformaciones sociales de la humanidad.
El cambio
paradigmático a que conlleva el proceso de
transformaciones en las que nos encontramos inmersos actualmente,
tiene importantes implicaciones que deben ser consideradas por la
universidad en su proceso de reforma. Estas son de cuatro
tipos:
1. Axiológicas, en tanto que supone el
surgimiento de una nueva escala de valores
que reivindique la necesidad de la convivencia humana en un mundo
de solidaridad,
bienestar social y paz.
2. Epistemológicas, en el sentido de la
consideración de nuevas formas de producir el
conocimiento, distintas a las del modelo
clásico legado por la modernidad.
3. Ontológicas, en cuanto a la concepción
del tipo de hombre que
demandan los nuevos tiempos, el cual debería tener algunas
de las siguientes características: una visión
sistémica de la realidad (todo está relacionado con
todo), la posibilidad de pensar globalmente y actuar localmente,
capacidad autocrítica, autogestionario, con habilidad para
aprender permanentemente, posibilidad de combinar el pensamiento
lógico con la creatividad,
capacidad para transferir lo aprendido, pensamiento imaginativo y
visualización, control emocional y comunicación
generativa.
4. Gerenciales, en el sentido del desarrollo de un nuevo
paradigma
empresarial fundamentado en el aprendizaje
organizacional, el conocimiento como el principal recurso que
agrega valor al sistema productivo, la competitividad
y la cooperación mutua. Estos cambios exigen no
sólo adaptarse a una nueva situación, sino
prepararse para vivir en un equilibrio inestable; es decir, en un
proceso de adaptación permanente a las exigencias de un
entorno cambiante y caótico (ver Ruiz Bolívar,
2000).
Necesidad De Una Transformación
Universitaria
Ante la situación que hemos venido describiendo
en este trabajo, la pregunta obligada es ¿Qué
debería hacer la universidad para enfrentar con éxito
los nuevos retos que plantea la realidad económica,
social, política y científico-tecnológica
del siglo XXI? Y la respuesta, casi obligada es: la universidad
debe cambiar, si quiere sobrevivir. Sobre esta aseveración
existe un consenso casi universal, como se desprende de las
diferentes consultas internacionales realizadas por la UNESCO
(1998) con relación a este tema. Pero, cuál es el
tipo de cambio
que debería adoptar la universidad. Al respecto, se
podrían analizar dos posibles escenarios: uno, referido a
cambios, simples y superficiales (o cosméticos), donde se
mueven cosas para que todo quede igual; y dos, cambios
sustantivos y profundos, conducentes a una verdadera
transformación de las estructuras
universitarias, en función de una revisión
actualizada y actualizable de la visión y la misión
institucional.
Escenario 1:
Cambios superficiales.
En esta perspectiva se podría anticipar que la
universidad adoptaría algunos de los siguientes procedimientos,
decisiones y acciones: se sometería a un largo proceso de
auto-evaluación para tomar decisiones sobre cambios que
son obvios, por ejemplo, mejorar la planta física, actualizar
los planes de estudio de las carreras, diseñar nuevas
carreras, mejorar el desempeño de los docentes, mejorar la
infraestructura académica, actualizar la normativa
interna, mejorar la gestión gerencial y la eficiencia del
gasto, entre otros.
Escenario 2:
Cambios estructurales.
En esta segunda hipótesis se aspira que la universidad se
someterá a un proceso de cambio planeado, con una
visión de largo aliento, pero con objetivos y
metas de corto y mediano plazo. Esto supone poner en marcha un
verdadero proceso de reingeniería, en procura de: (a)
transformar su cultura
organizacional (valores, creencias, actitudes,
comportamientos); (b) incorporar progresivamente el recurso de
las NTIC a las diferentes actividades de la universidad (docencia
de pre y postgrado, investigación, extensión y
educación continua, gestión administrativa); (c)
adoptar enfoques instruccionales novedosos, con énfasis en
el desarrollo de competencias
profesionales, habilidades para la resolución de problemas
y para el aprendizaje permanente; (d) utilizar el enfoque de
programas y proyectos, como
estrategia de desarrollo
organizacional; (e) enfatizar el desarrollo de la
función de la investigación en áreas
estratégicas para el desarrollo regional y nacional con un
enfoque multidisciplinario y en cooperación con otras
instituciones académicas y del sector productivo; (f)
mantener un programa de mejoramiento permanente de la calidad del
personal académico; (g) implantar un sistema de
evaluación institucional que permita monitorear y
controlar la calidad de los procesos
académico-administrativos a fin de tomar decisiones
pertinentes y oportunas.
En este segundo escenario se espera que la universidad
haga un gran esfuerzo por apoyar su gestión al
máximo en el uso de las NTIC en un enfoque virtual. En el
contexto de la educación superior, Silvio (2000) considera
que la virtualización puede ser entendida como la
representación de procesos y objetos asociados a
actividades de enseñanza y aprendizaje,
investigación, extensión y gestión,
así como objetos cuya manipulación permite al
usuario realizar diversas operaciones a
través de INTERNET, tales como
aprender mediante la interacción con cursos
electrónicos, inscribirse en un curso, consultar documentos en una
biblioteca
electrónica, comunicarse con estudiantes, profesores y
otros.
No obstante lo anterior, es importante tener presente
que, más allá del aspecto tecnológico, la
fundamentación de la transformación universitaria,
depende básicamente de: (a) la visión compartida
que tengan los miembros de la comunidad académica acerca
de un nuevo modelo universitario que responda a las expectativas
de cambio a que aspira dicha comunicad, así como la
sociedad global; (b) el compromiso para su
instrumentación, asumido por los diferentes actores
institucionales, orientados por genuinos valores
académicos; y (c) las acciones estratégicas
emprendidas por el liderazgo universitario, como responsable de
guiar el proceso de transformación.
Investigaciones En Venezuela
A través del análisis de algunos aspectos generales del
Programa de Promoción del Investigador (PPI) de
Venezuela, y tomando en cuenta la teoría del
principal-agente, se propone que revisando la estructura y
cultura de prácticas evaluativas es posible especificar
las condiciones necesarias para que la evaluación funcione
sin sobresaltos. Con análisis de este tipo, se argumenta,
los actores pueden tener más elementos para diseñar
nuevas prácticas evaluativas y al mismo tiempo reducir a
un nivel razonable las expectativas que los principales tienen de
los agentes evaluadores. En particular se considera el tema de la
población atendida por el PPI, la situación de las
comisiones evaluadores en una configuración compleja de
principales-agentes y la evaluación como eje central del
programa. PALABRAS CLAVE / PPI / Venezuela / Investigación
Científica /
En la interfase de la ciencia con la
educación superior en Venezuela, entre los principales
esfuerzos para mejorar las condiciones de la comunidad de
investigadores a través de un reconocimiento
público explícito en su rol como tales, está
el Programa de Promoción del Investigador (PPI), creado en
1990, después de prácticamente una década de
esfuerzos de miembros de la comunidad científica para
lograr su implantación. Surgió como una estructura
nacional representativa para acreditar a los investigadores a
través de los mecanismos usuales de la propia comunidad
científica y darles, por tanto, visibilidad en el medio
nacional. Se esperaba que este mecanismo sirviera, de paso, de
estímulo a los jóvenes con vocación de
investigadores quienes podrían así reconocer que el
rol del investigador científico también
tenía vigencia en Venezuela y que era posible concebir una
carrera de investigación en el país. En las
páginas que siguen, me referiré a algunos aspectos
generales del Programa, vinculados a la práctica de la
evaluación tal como se la ha entendido en el PPI y como ha
ido evolucionando en el tiempo.
Características de la
organización del estado
En general, existen tres elementos comunes en la
organización estatal. Así usualmente
encontramos:
a.- Un organismo central de política que elabora
las directrices generales y planes de desarrollo
científico y tecnológico. Ese organismo asume tres
modalidades:
Un Ministerio de Ciencia y
Tecnología.
Un Consejo Nacional (tipo CONICIT
venezolano).
Una dependencia del máximo organismo de
planificación.
b.- Un organismo central de promoción, dirigido a
elaborar programas y financiar proyectos y formar recursos
humanos. La mayoría de las veces se trata de un Consejo
Nacional integrado por investigadores, empresarios y funcionarios
públicos en proporciones variadas.
c.- Algunos organismos sectoriales que se encargan de
particularizar la política científica y
tecnológica. Algunos son importantes centros de
investigación ubicados en áreas específicas
(agricultura,
salud, defensa)
que ejercen funciones de coordinación y orientación. En el
área industrial es donde la sectorización
está más desarrollada y existe, o está en
vías de formación, un aparato institucional
específico que desvincula de alguna manera la
política tecnológica de la científica. Este
organismo suele estar ubicado en el ministerio encargado del
desarrollo industrial y elabora planes o políticas para el
sector, además de contar con instrumentos básicos
como registros de la
propiedad
industrial, oficinas de normalización y metrología, regulación de la
inversión
extranjera, programas de productividad, etc.
El papel de
las empresas
En general, muy débil en todos los países
de América
Latina y su participación en las inversiones no
alcanza al 10% del total. Existen excepciones en países
con mayor grado de industrialización como Brasil,
Argentina, México,
Chile, Colombia y
Venezuela, pero se trata de ejemplos puntuales de iniciativas
poco vinculadas a los esfuerzos formales y a las
políticas. El mayor desarrollo se observa en algunas
empresas estatales como la del petróleo, siderúrgica, agroindustria
y pesca..
Situación Actual de la Ciencia y la
Tecnología en Venezuela, su relación con América
Latina
Impacto de los avances
tecnológicos en el medio social (mundial y
América latina)
Desde los primeros tiempos de la agricultura o desde
fines de la Edad del Hierro, la
cultura humana ha tenido una tecnología, es decir, la
capacidad de modificar la naturaleza en un grado u otro. Se
considera que la tecnología proporciona estimables
beneficios a corto plazo, aunque a largo plazo han engendrado
graves problemas
sociales. Algunos autores consideran que los problemas que ha
generado la tecnología son indirectamente provocados por
la ciencia, ya que si no contáramos con los avanzados
conocimientos científicos, no tendríamos una
tecnología tan adelantada.
Los beneficios que trae consigo la tecnología
moderna son muy numerosos y ampliamente conocidos. Una mayor
productividad proporciona a la sociedad unos excedentes que
permiten disponer de más tiempo libre, dispensar la
educación y, de hecho, proseguir la propia labor
científica. Todos nosotros necesitamos alimentos,
vivienda, ropa, etc. Cuando quedan satisfechas esas necesidades
básicas y la tecnología empieza a proporcionar
beneficios cada vez más triviales, es cuando surgen
esencialmente los problemas.
Si consideramos la situación actual de los
países desarrollados, vemos que la gente o parece
más feliz que en el pasado, y a menudo tampoco tiene mejor
salud. Los desechos ambientales que produce la tecnología
han creado nuevas formas de enfermedades y fomentado
otras. El propio trabajo es hoy más monótono y
decepcionante. El ser humano necesita realizar algo que estimule
su cerebro, su
capacidad manual y
también necesita variedad.
La industria de
base tecnológica ha dislocado la familia.
Por ejemplo, el hecho de tener que dedicar mucho tiempo al
transporte
separa a menudo a un padre de sus hijos. La sociedad
tecnológica tiende también a separar a la madre del
niño pequeño. La facilidad de las comunicaciones
incita a los hijos a irse muy lejos, y la familia ampliada
a dispersarse más. Además de todo esto, a
consecuencia de todo esto, se debilita la transmisión
cultural de las técnicas
(por ejemplo, la cocina, la educación de los niños,
etc.) y los pedagogos tienen que intentar colmar esta
laguna.
Normalmente, las sociedades están integradas por
grupos coherentes en las cuales se reconoce la identidad
personal y se ejercen presiones para coartar los actos
antisociales. Si están demasiado aislados, estos grupos se
vuelven opresivos. En un primer momento, los efectos de la
facilidad de las comunicaciones parecen beneficiosos, porque
liberan a la gente de las presiones locales, pero al persistir
esta tendencia, se quedan a menudo aislados.
Es indudable que la tecnología ha servido para
que las guerras sean
mucho más calamitosas todavía, ya que afectan a
todo el mundo, y no solamente a los civiles sino también a
los neutrales y a los pueblos primitivos. La violencia y la
delincuencia
también se deben simplemente a la tecnología; por
lo que podríamos considerar la tecnología como uno
de los problemas mas grandes de la sociedad actual, ya que la
delincuencia es uno de los problemas mas abrumadores y que mas
afecta a la sociedad actual.
Johannes Von Neumann,
preguntó en un artículo de la revista
Fortune:
"¿Podremos sobrevivir a la
tecnología?"
En los últimos veinte años, la mayor parte
de los países latinoamericanos concentraron esfuerzos en
el desarrollo de instituciones y creación de mecanismos
financieros, principalmente subsidios, para estimular la
actividad científica. Asimismo se hicieron esfuerzos para
la formación de recursos humanos, menos énfasis fue
puesto en el desarrollo de áreas como la consultoría y las
ingenierías.
En relación con la importación de tecnologías, las
políticas se basaron en la identificación de los
efectos negativos (costos, selección
inadecuada, des-estímulo de capacidades locales) asociados
a la adquisición de tecnología extranjera. En
consecuencia, prevalecieron medidas para el control sobre la
inversión, el registro de los contratos de
tecnología y el régimen de patentes y marcas.
Hoy en día, la tecnología es parte del
sistema de vida de todas las sociedades. La ciencia y la
tecnología se están sumando a la voluntad social y
política de las sociedades de controlar sus propios
destinos, sus medios y el poder de hacerlo. La ciencia y la
tecnología están proporcionando a la sociedad una
amplia variedad de opciones en cuanto a lo que podría ser
el destino de la humanidad.
Ciencia y tecnología en
Venezuela.
Uno de los problemas centrales, frecuentemente soslayado
en el debate, es el
obvio desideratum que deben enfrentar los países que han
llegado tarde al siglo XX. Por dos o tres décadas nos
inscribimos, como otras naciones latinoamericanas, en un modelo
"lineal" que postulaba que para lograr el desarrollo de
capacidades tecnológicas era menester alcanzar primero un
cierto grado de dominio sobre la ciencia. Una "masa crítica" de investigadores básicos
sería el motor fundamental
que nos llevaría a la generación de
tecnologías propias que a su vez impulsarían un
desarrollo económico autónomo y
sostenido.
La importancia del papel que deben desempeñar la
ciencia y la tecnología es cada vez mayor. La
evolución de las sociedades modernas requiere, de manera
fundamental, la incorporación de los resultados obtenidos
por la investigación científico-tecnológica.
Es posible observar, en este sentido, como dentro del pensamiento
económico contemporáneo hay una señalada
tendencia que asimila el crecimiento a un proceso de constante
transformación de las tecnologías disponibles y
usadas en la actividad productiva. Igualmente, la importancia que
las teorías
tradicionales concedían a la acumulación del
capital ha ido cediendo su lugar, poco a poco, al énfasis
puesto en el cambio tecnológico. Diversos estudios
llevados a efecto en distintos países industrializados
permiten concluir que la influencia causal de la
acumulación de capital y del aumento de la fuerza de
trabajo en el crecimiento
económico de esas naciones, no ha sido tan
determinante como la influencia de las transformaciones
experimentales a nivel de la productividad debido a la continua
incorporación de innovaciones
tecnológicas.
La sociedad venezolana se desenvuelve ligada en
determinado grado a la evolución de la ciencia y la
tecnología, esto es, requiere de la incorporación
de los resultados obtenidos por la investigación
científico-tecnológica a fin de poder marchar
dentro del tipo de desarrollo que tiene trazado. Nuestro problema
de estudio es determinar cuál es el papel que juegan la
ciencia y la tecnología nacionales en relación con
otras actividades socio-económicas y a la sociedad global.
Para llegar a ciertas conclusiones se parte de la idea de que la
ciencia y la tecnología nacionales tienen una
posición, una función y una significación,
derivadas de la
situación global del país. Es decir, se piensa que
el tipo de relaciones que se establecen entre la actividad
científica y otras actividades sociales impiden o limitan
el desarrollo de la ciencia y su incorporación en la
sociedad.
Para poder conocer esta relación entre la
actividad de investigación y otras actividades
socio-económicas comenzaremos por:
a.- Describirla (fase descriptiva) a fin de mostrarla en
términos de su constitución, de las funciones que cumple y
de los recursos de que dispone y luego someter a prueba el
conjunto de hipótesis sobre la
posición, la función y la significación de
la investigación científica y tecnológica en
relación a la sociedad venezolana y con algunas de sus
actividades y procesos, (la situación de la actividad de
investigación en relación a la actividad
socio-económica).
b.- Estudiarla en función de algunos aspectos y
procesos particulares que han intervenido en la situación
descrita.
Los
grupos protagonistas
El grupo de los
Científicos
Está formado por aquellas personas que han venido
dedicándose, total o parcialmente a la
investigación científica y tecnológica de
una manera profesional. En muchos casos comparten su tiempo entre
estas actividades y la labor educativa a nivel superior. Las
instituciones en las cuales trabajan son las universidades u
otros institutos de investigación no
universitaria.
El grupo de Ingenieros
Está en principio, conformado por todas las
personas que ejercen esta profesión. Sin embargo, para
este caso, interesa especialmente la fracción del grupo
que se ha mostrado un interés más especial por la
creación de tecnologías y la prestación de
servicios tecnológicos, tal como los ingenieros que han
promovido centros de investigación y servicios
industriales.
El grupo de los Productores
Constituido por aquellos que directamente forman parte
del sector productivo, bien como propietarios, bien como
ejecutivos y empleados de empresas. En un sentido más
estrecho comprende un grupo relativamente pequeño de
industriales, especialmente manufactureros del sector privado,
que desempeñan funciones de liderazgos empresarial y
gremial.
El grupo de los planificadores
Comprende a todos aquellos que pasan a ser especialistas
de la planificación en general o en alguno de sus campos
y, aun cuando puedan tener una formación básica muy
variable, suelen ser asimilables a las ciencias sociales, por
cuanto son los modelos, los
esquemas y la terminología provenientes de tales ciencias
las que suelen manejar, con cierto predominio de la
visión.
Los burócratas
Constituyen un grupo que existe en toda
institución. Está representado por el funcionario,
no importa su formación o esfera de actividad, responsable
de los procedimientos y sistemas relativamente rutinarios y
normalizados. Para nuestros análisis, no incluye en esta
categoría a los directivos superiores de la
institución, los cuales son más bien asimilables a
otras categorías.
Los políticos
Es un grupo altamente heterogéneo, formado por
aquellos que tienen en la política su profesión, o
que momentáneamente se encuentran en cargos de alto nivel
gubernamental con mayor o menor grado de decisión. Cada
uno de estos grupos tiene un conjunto de rasgos típicos
que los caracterizan, lo que no significa que en la
práctica exista una frontera
rígida entre los grupos, antes bien, esos rasgos se
entrecruzan y superponen dando lugar a una variada gama de
combinaciones.
Venezuela y sus realidades
económicas
Con la debida licencia de Kjun, la economía
venezolana tiene frente un "paradigma" diferente a aquel del cual
derivó los objetivos y reglas de comportamiento
a lo largo de los últimos treinta años.
Obviamente, la industria nacional debe acoplarse al
cambio de fines y reglas. La industria sobreprotegida por la
ayuda pública, la de mercado cerrado, la ineficiente, debe
darle paso a la industria que se vale por sí misma, que
puede producir para un mercado abierto, que puede exportar. Esto
es lo que en los círculos oficiales se llama
reconversión, suerte de "perestroica", que apunta hacia la
transformación, desde sus bases, de la estructura
industrial venezolana y que envuelve, desde luego, cambios
esenciales en la concepción y conducción tanto del
gobierno, como de la empresa. La
competitividad es la desideratum tanto de la nueva industria
nacional como de la Administración
Pública. Pero estamos hablando de la verdadera
competitividad, no la que se esconde tras falsas ventajas, mano
de obra barata y moneda blanca, sino de aquella soportada por la
creación de ventajas competitivas fundamentadas en la
capacidad innovadora.
Hasta ahora, la preocupación del país por
el desarrollo de su capacidad de innovación ha estado, por decir lo menos,
en un segundo plano. Si es cierto que esto debe cambiar, vale la
pena hacer algunas consideraciones teóricas que nos
permiten establecer que significa disponer de capacidad para
innovar y cual es el papel de la empresa y cual el
del sector
público en el desarrollo de tal capacidad.
La ciencia y la tecnología en
Latinoamérica
En los últimos veinte años, la mayor parte
de los países latinoamericanos concentraron esfuerzos en
el desarrollo de instituciones y creación de mecanismos
financieros, principalmente subsidios, para estimular la
actividad científica. Asimismo se hicieron esfuerzos para
la formación de recursos humanos, menos énfasis fue
puesto en el desarrollo de áreas como la
consultoría y las ingenierías.
En relación con la importación de
tecnologías, las políticas se basaron en la
identificación de los efectos negativos (costos,
selección inadecuada, des-estímulo de capacidades
locales) asociados a la adquisición de tecnología
extranjera. En consecuencia, prevalecieron medidas para el
control sobre la inversión, el registro de los contratos
de tecnología y el régimen de patentes y
marcas.
El pasado inmediato
A través del prisma derivado del concepto de
"marginalidad",
buen número de países concibió y
aplicó, con un saldo no muy favorable, medidas que
intentaban orientar la demanda hacia la oferta nacional de
conocimientos científicos y
tecnológicos.
En este particular, se utilizaron instrumentos como la
exoneración de impuestos, la
programación industrial, el uso de la
capacidad de compra del Estado, financiamiento
industrial, etc. En las empresas también se ensayaron, con
intensidad variable, esquemas de financiamiento e incentivos
fiscales orientados a "premiar" a las organizaciones que
realizaran esfuerzos tecnológicos.
Una rápida evaluación del impacto causado
por las políticas científicas y tecnológicas
anteriormente descritas, arrojaría con claridad dos
logros:
La creación y fortalecimiento de un aparato de
investigación y
Cierto control sobre el flujo de tecnología
foráneo en función de su asimilación
local.
También una evaluación rápida de
las limitaciones señala:
a.- El predominio neto de las políticas
implícitas sobre las explícitas, es decir, de las
políticas sectoriales (economía, agricultura,
industria) sobre las políticas científicas y
tecnológicas;
b.- Un desarrollo industrial sobre la base de la
importación de maquinaria, equipos y conocimientos
y,
c.- Escasa relación entre el desarrollo
industrial y los esfuerzos locales en ciencia y
tecnología.
Tendencias recientes
Junto al propósito de fortalecer el aparato de
investigación científica corre paralelo, ahora, el
crear y consolidar una infraestructura para el desarrollo
tecnológico. Resaltan, en particular, esfuerzos por crear
centros de investigación industrial con objetivos,
organización y funciones distintas a los centros
académicos y cuyo cometido es asistir a las
empresas.
De igual modo se debe mencionar la creación de
nuevos mecanismos financieros que van más allá de
los subsidios a la investigación. Aquí han surgido
mecanismos muy diversos que sin duda están llamados a
jugar un papel importante dado el viraje que han dado varios
países latinoamericanos en relación a sus
políticas económicas. Finalmente, vale la pena
destacar el desarrollo de registros, información,
mecanismos que intentan conciliar la oferta y la demanda de
servicios tecnológicos, líneas de crédito, capital de riesgo,
etc.
Como es de esperar, el grado de desarrollo, intensidad
de las acciones e inversiones son muy variables en un área
geopolítica muy heterogénea en
relación al desarrollo de la ciencia, la
tecnología, la industria o la agricultura.
Participación de las Comunidades
Científicas frente a las alternativas de
desarrollo
Comunidad científica
La comunidad científica consta del cuerpo total
de científicos, sus relaciones e interacciones. Se divide
normalmente en dos "subcomunidades", cada una trabajando en un
campo particular de la ciencia (por ejemplo existe una comunidad
de robótica dentro del campo de las ciencias
de la computación).
Miembros de la misma comunidad no necesitan trabajar en
conjunto. La comunicación entre miembros es establecida
por la diseminación de trabajos de investigación e
hipótesis a través de artículos en revistas
científicas revisadas por pares o asistiendo a
conferencias donde nuevas investigaciones
son presentadas e ideas intercambiadas y debatidas. Existen
también muchos métodos informales de
comunicación de trabajos científicos así
como resultados.
La "membresía" a la comunidad es generalmente una
función de la educación, estado laboral y
afiliación institucional. Sociólogos que han
estudiado comunidades científicas han a menudo hallado que
el género,
raza y clase social
pueden ser factores influyentes para el ingreso a la comunidad.
Histórica y actualmente los científicos han usado
una variedad de métodos para determinar quién
pertenece o no a la comunidad científica, lo cual es
generalmente requerido para determinar qué campos de
investigación pueden ser marcados como "ciencia". Campos
de conocimiento que aparentan ser científicos, pero son
juzgados como fuera de las normas de la
comunidad científica, son marcados como
"pseudociencia".
El método
científico implícitamente requiere la
existencia de la comunidad científica, donde los procesos
de revisión por pares y reproducibilidad son llevados a
cabo. Es la comunidad científica la que reconoce y soporta
el actual consenso dentro de un campo: el paradigma reinante, el
cual resiste el cambio hasta que evidencia sustancial y repetida
demande un cambio de paradigma, de acuerdo a la teoría de
cambio científico llevada adelante por Thomas Kuhn. De
acuerdo a Kuhn, nuevas comunidades son establecidas alrededor de
nuevos paradigmas al
desarrollar su propia terminología, sentido
histórico y sentido de problemas a resolver (y aquellos a
ignorar).
Las alternativas de desarrollo de las regiones de
América Latina y el Caribe, es un tema que concita la
atención de los científicos, planificadores,
políticos, gobernantes y, en general, de la comunidad
internacional. Existe una marcada preocupación por la tala
y quema anual en la región de 7,3 millones de
hectáreas de bosques tropicales y su incidencia en los
cambios climáticos del planeta a través del
"efecto
invernadero", la degradación de los suelos y la
pérdida de flora y fauna silvestres
de importancia económica, sociocultural y
científica.
Frente a esta situación, la comunidad
internacional viene revisando y reorientando los esquemas
tradicionales de gestión y desarrollo en las áreas
tropicales. En las dos últimas décadas se han
impulsado programas y propuestas con acciones de cobertura
mundial orientados, en gran medida, al trópico
húmedo. Entre los más importantes tenemos el
Programa el Hombre y la
Biosfera de la
UNESCO, los estudios y programas de monitoreo de la
degradación de los ecosistemas
tropicales del PNUMA, la Estrategia Mundial para la
Conservación de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (IUCN) y el Programa de
Acción Forestal en los Trópicos coordinado por la
FAO. Por otro lado, la cooperación técnica
internacional, las entidades financieras y, en general, las
organizaciones multilaterales vienen adoptando políticas
similares en relación a la conservación y al
aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, entre los
cuales destaca por su abundancia y diversidad en las regiones
tropicales, el recurso forestal.
Políticas Científico-
Tecnológicas del estado venezolano.
C.O.N.I.C.I.T.
El estado actual de
la información y la política
científico-tecnológica en Venezuela
A pesar de los valiosos esfuerzos realizados en
Venezuela durante los últimos 40 años en materia de
cienciometría y en el diseño de políticas
públicas en C-T-I, se aprecia un déficit en ambas
áreas que debe ser visto como una debilidad a la hora de
sopesar lo hecho en ese ámbito. Al examinar el proceso de
lo realizado en ambos frentes, queda claro que hay tangibles que
mostrar, pero con poco peso específico y muchos de ellos
sin continuidad, con altas y bajas, sin establecer compromisos
reales de mediano y largo plazo por parte de los gestionadores de
la CyT, y sin el respaldo y monitoreo correspondiente para que
hayan tenido un impacto adecuado. El tipo de información a
la que nos referimos es la estadística que se construye
mayoritariamente a partir de los datos administrativos que se
generan en las instituciones y que además debería
formar parte de la elaboración de indicadores,
del diseño de las políticas públicas y en
general de la toma de decisiones.
Al revisar la historia de la
producción, análisis y uso de indicadores de
ciencia, tecnología e innovación en Venezuela,
vemos que han sufrido importantes transformaciones desde los
primeros intentos de medición de las actividades
científicas hace casi cuarenta años (Testa, 2002).
Igualmente sucede con las políticas públicas en
esta materia que no han cuajado adecuadamente y eso se aprecia al
revisar los indicadores que se utilizan para revisar las
tendencias macro de los países, y que en el caso de
Venezuela están por debajo de lo esperado.
El ámbito de la ciencia y la tecnología en
países periféricos como Venezuela está
asociado irremediablemente al mundo globalizado de hoy. El
desarrollo del capitalismo a
nivel mundial ha amenazado crecientemente la independencia
de estas naciones exponiéndolas a las fuerzas que han
desarticulado a la sociedad, debido a que se encuentran
prisioneras de múltiples restricciones impuestas por un
sistema de poder diseñado para mediar entre los intereses
diversos y contradictorios de sociedades que deben manejar al
mismo tiempo el orden macroeconómico, la escasez
económica y la desigualdad
social (Vessuri, 2000). Esta dinámica no ha permitido el desmontaje del
círculo vicioso que ha caracterizado al país y que
lo mantiene rezagado; además las políticas
públicas que se aplicaron fueron insuficientes o
inadecuadas para construir un verdadero sistema nacional de
innovación en el mediano plazo, a pesar de los recursos
económicos que han ingresado al fisco nacional en los
últimos 40 años, básicamente por concepto de
petróleo,
que superan a los ingresos per cápita de todos los
países de la región, y el potencial que sigue
teniendo Venezuela en cuanto a recursos naturales y talento
humano.
En cuanto a la información organizada para la
toma de decisiones, en las instituciones venezolanas se puede
indicar que en general no se discute su utilidad y en
muchos casos se subvalora su construcción; esto se refleja incluso en el
ámbito de la C-T-I. Un ejemplo palpable se aprecia en las
publicaciones realizadas por el ONCyT venezolano en materia de
estadísticas e indicadores sobre la
capacidad nacional, debido a que presentan graves inconvenientes
para ser recolectados los datos, la información es muy
general, desarticulada, no sistemática y los
métodos utilizados no han evolucionado al ritmo de los
países desarrollados respecto a las nuevas formas de
medición, haciendo obviamente los ajustes necesarios a la
especificidad de Venezuela (De la Vega, 2002). Estas condiciones
encontradas están vinculadas con la cultura que existe en
las organizaciones venezolanas en cuanto al manejo de la
información, la cual se entiende como el conjunto de
valores, prácticas y modos de comportamiento
prevalecientes en una institución respecto a su uso como
guía en los procesos de toma de decisiones (Testa,
1998).
Otra pieza en la incomprensión de la
cienciometría como instrumento de la política
científica en Venezuela, se refiere a la diferencia entre
el trabajo técnico y la toma de decisiones
políticas. El trabajo técnico se fundamenta en la
obtención de información que permita realizar
diagnósticos y evaluaciones, diseño de
políticas, planificación, prospectiva, entre otros
métodos dirigidos a la búsqueda del conocimiento
necesario para orientar, de la forma más certera posible,
la toma de decisiones. Pero en el plano político,
normalmente se utilizan las estadísticas y los indicadores
para la consecución de objetivos dirigidos a mantener el
poder o subvertirlo (De la Vega, 2001b).
El CONICIT
venezolano como efecto demostración
El Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Tecnológicas (CONICIT), hoy FONACIT,
fue creado por decreto en el año 1967 e inició sus
actividades en 1969. En su primer año de funcionamiento ya
se habían organizado equipos de
trabajo para culminar el proceso de concepción,
diseño, e implantación de programas de
financiamiento orientados a la conformación de una
comunidad de científicos y tecnólogos que estuviera
en capacidad de aportar conocimientos para ayudar al desarrollo
del país y tuvo como antecedente inmediato el trabajo que
había iniciado la Comisión mixta preparatoria
integrada por "científicos" e "ingenieros" en el
año 1962, con la finalidad de crear un Consejo Nacional de
Investigaciones (CONICIT, 1970; Avalos y Antonorsi,
1980).
En los lineamientos del primer documento de
política científica del CONICIT se aprecia el
estado que tenía la ciencia hace apenas tres
décadas. En un extracto del mismo se señala lo
siguiente: "con el objeto de superar el período de
desarrollo espontáneo de nuestra incipiente ciencia, se
hace notorio comenzar a hacer explícito cuáles
pueden ser las medidas para aumentar racionalmente la calidad y
cantidad de nuestro potencial científico y
tecnológico y para llegar a hacer un uso óptimo de
ese potencial de acuerdo con objetivos de desarrollo integral,
tanto social como económico y cultural; en una palabra, se
debe establecer una política científica" (Conicit:
13, 1970). Queda claro que las actividades de CyT desde el punto
de vista organizado y planificado en Venezuela son de reciente
data y que por ello no existe una tradición y cultura en
ese ámbito. Eso explica en parte el atraso del
país.
Si se utiliza la guía teórica y se revisa
el glosario de
ciencia, tecnología y desarrollo de la UNESCO, donde se
define a la "Política de Ciencia y Tecnología como
un conjunto de instrumentos, mecanismos y normas, lineamientos y
decisiones públicas, que persiguen el desarrollo
científico y tecnológico en el mediano y largo
plazos (normalmente dentro del marco de objetivos globales de
desarrollo socioeconómico)" (UNESCO, 1998), y se vincula
ese enunciado con la realidad de un país como Venezuela,
apreciamos una distancia significativa entre uno y otra, a pesar
de los esfuerzos realizados específicamente por el Estado
en las últimas décadas para avanzar en el
desarrollo del país al intentar consolidar las actividades
de CyT. Esta aseveración se comprueba al examinar el
funcionamiento del CONICIT puertas adentro en materia de
información y de diseño y construcción de
políticas.
Al examinar los diversos planes nacionales, documentos
de política y las disposiciones legales, encontramos que
no ha habido ni comprensión ni apoyo por parte del Estado
venezolano en cuanto a mantener un crecimiento sostenido de las
actividades de CyT y menos aún en lo referente a
suministrar los datos requeridos para construir y mantener el
mapa de información actualizado de las actividades de ese
ámbito. Comenzamos revisando las disposiciones legales
enmarcadas en el primer Reglamento del CONICIT,
específicamente en sus artículos 7° y 8°,
donde se indicaba que las instituciones públicas y
privadas del país estaban en la obligación de
suministrar la información necesaria para que ese Consejo
estructurase sus políticas con base en datos organizados
(CONICIT, 1984), cuestión que no se cumplió. El
Consejo no logró ese objetivo ni
siquiera con relación a su propia información, y,
por tanto, no ha existido el llamado efecto demostración
para las otras instituciones, que fuera ayudando a crear la
llamada cultura del dato. Esas disposiciones nunca fueran
plasmadas y aún hoy se intenta organizar la
información creando un nuevo ente denominado Observatorio
Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación
(OCTI), que aspira cumplir con esa tarea pendiente. En
consecuencia el país no cuenta con un sistema de
información nacional y esto afecta particularmente a
los actores que deben realizar evaluaciones, diagnósticos,
diseño e implantación de políticas y
análisis sectoriales, por lo que en muchos casos se
trabaja con información limitada, incompleta,
desactualizada o bajo supuestos no probados.
El trabajo de recolección de información
estadística que realizó el CONICIT puertas afuera
por más de 15 años a través de las encuestas de
potencial científico y tecnológico fue sin duda un
esfuerzo significativo, incluso en el ámbito regional.
Esos inventarios
utilizaron como guía un manual diseñado por la
UNESCO y el mismo fue empleado en varios países de
América Latina, material que consideraba únicamente
indicadores de insumos (Recursos humanos y financieros). La
severa crisis económica del país en los años
ochenta redujo aun más los recursos financieros destinados
a la CyT, afectando significativamente el trabajo que se
venía realizando en materia de estadísticas e
indicadores (Testa, 2002), pero es importante aclarar que hubo,
además, aspectos organizacionales que afectaron el
desempeño específico de los equipos de trabajo de
esa área y que culminaron con el cierre de la unidad de
estadística de ese Consejo. Irónicamente, en esos
años en los países centrales se estaba avanzando en
nuevos métodos de obtención de indicadores
(procesos, resultados, innovación
tecnológica) dirigidos a comprender los cambios
vertiginosos que se venían dando en el mundo.
Durante la década de los noventa se retomó
el trabajo en materia de indicadores en el CONICIT. Esos
esfuerzos originados desde la Dirección de
Políticas y Estrategias
culminaron en varios productos, pero que debido a los
acontecimientos de orden socioeconómico y político
vividos en el país y los cambios en la
reorganización del Consejo a partir del año 1994
con el repensar de la institución, los mismos no tuvieron
un peso importante a la hora de hacer los diagnósticos y
análisis que son necesarios para tomar decisiones
eficientes. La evolución de ese proceso culminó en
la creación del Observatorio de C-T-I, idea que circulaba
también en otros países y que finalmente se
implantaron en Colombia, España y
Portugal. En Venezuela, dicho ente debería mejorar todo lo
hecho hasta el momento, pues esa es su misión.
MISION / FILOSOFIA DE
GESTIÓN DEL FONACIT
Financiar la ejecución de planes, programas y
proyectos definidos por el MPPCT, que fomenten el conocimiento
científico, tecnológico e innovador, que
contribuya al desarrollo social
del país.
"Financiar la capacidad científica,
tecnológica y de innovación para el
desarrollo."
VISION / FILOSOFIA DE
GESTIÓN DEL FONACIT
Ser una Institución líder
en el financiamiento de planes, programas y proyectos de ciencia,
tecnología e innovación, reconocida nacional e
internacionalmente, impulsando el desarrollo tecnológico
integral y la construcción de redes para contribuir al
bienestar de la sociedad venezolana.
"Ser líder en el financiamiento que fomente el
desarrollo científico, tecnológico y de la
innovación."
ORGANIGRAMA ESTRUCTURAL
VALORES
RESPONSABILIDAD
INSTITUCIONAL
El FONACIT ejercerá una gestión
responsable orientada al cumplimiento de sus compromisos
institucionales con el Sistema Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación y con el
país.
COMPROMISO
El FONACIT estará comprometido con el
país, con el Sistema Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación y con su
organización interna, de forma que garantice la
culminación exitosa y eficiente de todos los programas y
proyectos y la consolidación y desarrollo del sector
ciencia y tecnología.
EXCELENCIA
El FONACIT favorecerá la participación y
desarrollo del talento dentro y fuera del Sistema Nacional de
Ciencia, Tecnología e Innovación
PARTICIPACIÓN Y TRABAJO EN
EQUIPO
El FONACIT propiciará la participación de
todos los actores del Sistema Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación en los procesos de
ejecución de proyectos y programas, mediante la
aplicación de estilos gerenciales y de gestión
ajustados a situaciones y problemas
específicos.
EFICIENCIA
La organización del FONACIT estará
orientada hacia la optimización y máximo
aprovechamiento de los recursos disponibles.
CALIDAD
El FONACIT alcanzará sus metas y objetivos
atendiendo al cumplimiento de estándares de
calidad.
CONCLUSIÓN
Se ha observado la actuación e interacción
de los grupos protagonistas (venezolanos y latinoamericanos) en
el entorno de la ciencia y la tecnología. La falta de
criterios unificadores y motivaciones de tipo circunstancial,
ideológicas y personales, que conciben una política
científica y tecnológica como agentes del
crecimiento económico y el desarrollo social.
La economía venezolana se desenvuelve dentro de
un marco estructural que simultáneamente des-estimula toda
actividad de investigación y propicia la
utilización de opciones tecnológicas extranjeras,
igualmente sucede con algunos países latinos anteriormente
nombrados.
Para concluir tenemos la
satisfacción de saber que existe un ente de
investigación científico más que
tecnológico; que fija como prioridad atender los
requerimientos y fomentar el desarrollo de la comunidad
científica. Ese ente oficial es el CONICIT. También
existen unos similares en los demás países
latinos.
BIBLIOGRAFÍA
- www.google.com.ve/
- www.monografias.com
- www.wikipedia.org
- Biblioteca de Consulta Microsoft
Encarta 2007
Autor:
Leonervis Hernández
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